Si te dije que te quería fue porque de Silvio aprendí que:
“La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes. Los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias, se quedan allí.”
Cuando escucho a Silvio decir:
“Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida…”
Sé que se refiere al comportamiento humano. Sin embargo, cuántas cosas malas he aprendido hacer y a tener. Pero tú, tenerte a ti me ha costado la vida.
Y en ese momento cuando veo que la vida va siendo en vano y llega el dolor quisiera desear…
“un rabo de nube, que se llevara lo feo y nos dejara el querube. Un barredor de tristezas, un aguacero en venganza que cuando escampe parezca nuestra esperanza.”
Sí, es cierto. A mí, más que la fe, me mueve la esperanza. La esperanza que me convence de que aunque no te he ganado, no te he perdido. Esperanza de que al final te entregues, que sea mi piel negra la que dentro de ti eche a andar. Pero muy bien he escuchado a Silvio cantar:
“Pues las causas me andan cercando Cotidianas, invisibles. Y el azar se me viene enredando Poderoso, invencible.”
Y así entiendo que no puedo planificarte. Entiendo que mañana… no sé, puede que te vayas o te quedes. Las causas son cotidianas e invisibles y el azar poderoso e invencible.
Carlos Javier Caminero
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